Por JORGE SENIOR
El 21 de abril se publicó la encuesta más reciente del Centro Nacional de Consultoría (CNC) y Semana. La sorpresa fue que la andanada de ataques contra la candidatura de Gustavo Petro, por ejemplo el entrampamiento a raíz de la visita de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz a la Picota, no hizo mella y más bien parece haberse producido un efecto bumerán. Y eso que esta encuesta no alcanzó a medir el efecto de la descachada de Noticias Caracol con el cuento del ‘Pollo’ Carvajal montado por la magistrada militar Cristina Lombana, más conocida como “la calladita”.
Es lo que indican los resultados de la encuesta, realizada a 4.159 personas de manera presencial y otras 440 por vía telefónica. Se realizó en hogares de 101 municipios de las seis regiones y en las principales capitales entre el 18 y 21 de abril. El balance es favorable a Petro, quien fue el único que subió y, por ende, aumentó su diferencia sobre todos sus perseguidores. La ventaja de Petro sobre Gutiérrez ahora es de 14,2%. Otro hecho es que la remontada que esperaba Fajardo no se vio por ninguna parte, pues fue el que más descendió y hasta ha sido sobrepasado por el voto en blanco.
A estas alturas Petro supera el 50% en la región Pacífica y está muy cerca en el Caribe y Bogotá. También supera el 50% a escala nacional en los jóvenes de 18 a 25 años. Al comparar las cuatro principales candidaturas (las otras no las tendremos en cuenta) encontramos tendencias claras que diferencian a Petro de Gutiérrez y Fajardo. La candidatura de Petro tiene su máximo apoyo en los jóvenes y a medida que examinamos edades mayores, ese apoyo va disminuyendo, mientras que con Gutiérrez y Fajardo pasa exactamente lo contrario: entre más viejos, más votos. Algo similar pasa con las clases sociales definidas aquí por el nivel socioeconómico. La candidatura de Petro tiene mayor porcentaje de apoyo en los sectores populares y va disminuyendo hacia los estratos altos, mientras que con las candidaturas de Gutiérrez y Fajardo vuelve y pasa justo lo contrario. Aquí se refleja el carácter progresista y popular de la candidatura del Pacto Histórico en contraste con las otras opciones. En la segunda vuelta se mantienen esas dos tendencias características en las candidaturas de Petro y Gutiérrez. El caso de Rodolfo Hernández es sui generis pues no tiene una tendencia clara en edades o estratos: le va mejor en edades intermedias y le va peor en la clase media. La clase media también es la de mayor voto en blanco.
En el análisis por sexo es donde aparece el gran misterio. Sergio Fajardo siempre ha tenido mayor apoyo en las mujeres y así continúa, con una diferencia de 2,3%, que es bastante dado el bajo porcentaje que está marcando. El otro candidato paisa, Federico Gutiérrez, también tiene una ligera diferencia a favor por parte del electorado femenino. Pero Petro tiene un abismo gigantesco de 11 puntos entre el voto masculino y el femenino. Ni siquiera la candidatura vicepresidencial de Francia Márquez, ni la lista cremallera del Pacto Histórico, ni los contenidos programáticos han cambiado esta situación anómala inexplicable. Adelantándome a otras preguntas de la encuesta, los datos indican que la propia Francia tiene mayor apoyo masculino que femenino, con un abismo de 8,4 puntos. Y cuando examinamos el Pacto Histórico como movimiento político, encontramos que se consideran militantes el 30% de los hombres y el 20% de las mujeres, un abismo de 10%. Ahí no termina la cosa. Me adelanto para informar que en segunda vuelta Petro también aumentó su ventaja sobre Gutiérrez a 8 puntos, pero toda esa ventaja es masculina. En el sector femenino… ¡hay empate en segunda vuelta! ¿A qué se debe ese rezago del voto femenino con la candidatura de centroizquierda que se supone más cercana a los feminismos? ¿o será precisamente por eso? Es una lástima que no tengamos acceso a los datos para cruzar el apoyo por sexo con las variables geográfica, nivel socioeconómico y edad, para así explorar posibles explicaciones. Conclusión: la campaña del Pacto Histórico y el Frente Amplio por la vida, la paz y la democracia tiene que redoblar esfuerzos con el sector femenino de la población.
Desde el punto de vista de las regiones la batalla está clara: Bogotá y las dos costas, la Pacífica y la Caribe, están con el cambio de manera contundente. En esas zonas Petro ganaría la presidencia en primera vuelta. La zona paisa, con su habitual conservadurismo, está con el continuismo. Por eso se ha dicho que “si Antioquia cambia, Colombia cambia”. El centro oriente y el centro sur presentan cierto equilibrio, pues en primera vuelta Petro le gana a Gutiérrez pero en segunda el asunto se nivela en un empate técnico. Es notable que Fajardo no llega al 10% en ninguna región. Hernández, como se sabe, tiene su fuerte en el centro-oriente, nivelado allí con Petro, pero no tiene mucho apoyo en otras regiones.
El análisis por partido muestra que las agrupaciones de derecha apoyan a Gutiérrez, pero por debajo del 50%, a excepción del “Centro Democrático”. Es interesante que en Alianza Verde hay empate técnico entre Petro y Fajardo, evidencia de su fractura estructural entre centroizquierda y centroderecha. Sólo el Pacto Histórico y el “Centro Democrático” son coherentes en sus apoyos, los demás se reparten entre varias candidaturas. Otro hecho importante en identificación partidaria de los colombianos es que el Pacto Histórico alcanza el 25%, mientras que todas las otras agrupaciones políticas están por debajo del 10%. ¡Colombia ha cambiado!
La encuesta también pregunta aparte por las candidaturas vicepresidenciales, algo que considero no pertinente desde lo metodológico. Pero hay sorpresas. Por ejemplo, Francia tiene más apoyo en sectores medios que bajos y, como ya dijimos, más en hombres que mujeres. Otro dato: Francia gana en todas las regiones, le gana a Rodrigo Lara en su región Centro Sur y le gana ligeramente en la propia zona paisa.
Todo indica que el 2022 será histórico. Por primera vez habría alternancia del poder en Colombia. Una excelente noticia para el país, pues sin alternancia no hay democracia.
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