Por DICK SALAZAR
La gente está alborotada porque la señora procuradora Margarita Cabellos Blancos (la canosa, como le dicen sus amigos) suspendió de su cargo por intervenir en política a Daniel Quintero, alcalde de Medallín. La afiebrada gente de la oposición, envidiosa como siempre, le pregunta a ella por qué Iván Duque ha intervenido repetidamente en política y, sin embargo, no se ha dignado llamarle la atención. “O todos en la cama o todos en el suelo”, aúlla el Parto Histérico. ¡Absurdo bramido!
La gente cree que entre las funciones de la procuradora está vigilar la conducta del doctor Iván. No hay tal, están equivocados: entre bomberos no se pisan las mangueras, reza un articulito del código de honor de los uberricenses, que es el gentilicio de quienes nacimos a la vida política en el santuario del Ubérrimo.
Por otra parte, hay quienes dicen que esa función de sancionar al presidente le corresponde a la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara. Pero esos sabios están pifiados, en este caso no aplica y paso a explicar: don Iván no ocupa la presidencia de la República, sino la subpresidencia.
Como el cargo de subpresidente -asignado por su jefe el presidente eterno- es de creación reciente, ni la Constitución ni la ley han tenido tiempo de reglamentar las limitaciones constitucionales de quien lo desempeña. Es decir, existe un vacío jurídico. Esta ausencia normativa le permite al subpresi intervenir o no en política, viajar o no por el planeta en compañía del primer hermano, hacer o no lo que le venga en gana, acorde con las necesidades supremas de la Democracia y la Patria.
Así, pues, la señora procuradora está en su sagrado derecho de cerrar el pico y no hacer nada cuando el amigote de don Fico abre la boca o el hocico para atacar a míster Petrosky. Margarita no tiene velas en este entierro. Punto.
@dicksalazar
Foto de portada, tomada de Pluralidadz