Por JORGE GÓMEZ PINILLA
“La beligerancia de Petro impide la cohesión de la izquierda”.
“Rodolfo va a ser el factor desequilibrante en la próxima elección”.
Ancízar Casanova es un estratega bogotano de marketing político, dueño de la agencia Lapistudio. Sus principales clientes son políticos que se lanzan a gobernaciones o alcaldías, a quienes asesora mediante el diseño de campañas o estrategias que les ayuden a ganar. En esta entrevista disecciona la campaña presidencial que se avecina, desde su óptica de analista.
¿Qué piensa usted del lanzamiento de la candidatura de Tomás Uribe?
Hoy no hay una candidatura de Tomás Uribe. Es una táctica que están usando, un llamado a la cohesión de los clanes de ultraderecha uribistas. Y es válida. Todo plan hay que construirlo, pero los que estamos en estas lides sabemos que el plan se manda al traste una vez se avanza en el proceso electoral. Es una táctica y me parece acertada, porque están pasando por un momento muy difícil en popularidad.
¿Cómo ve hoy el mandato de Iván Duque?
Él encontró una posibilidad de recular y atrincherarse en la extrema derecha, a partir del momento en que sale la orden de captura al expresidente Uribe. Entendió que desde la izquierda lo estaban moliendo y desde la derecha también. Por poco aplica la misma fórmula de Juan Manuel Santos, quien, como dijo Serpa de algún excandidato presidencial, terminó siendo “ni chicha ni limoná”.
No le entiendo. Duque siempre ha estado al servicio obsecuente de sus dos jefes naturales, el Centro Democrático y el “presidente eterno”. Él les dio una bofetada a los jóvenes asesinados por la Policía cuando se vistió de agente. Es una clara medida fascista, de derecha.
Por supuesto, pero fíjese que eso sucedió después de la orden de captura contra el Dr. Uribe. La posición del presidente antes de eso era más cercana al centro. Luego, prefirió afianzarse en la derecha y encontrar ese respaldo que, según entendió, no iba a encontrar en otro lado.
¿Usted cree que es posible que de nuevo llegue a la presidencia “el que diga Uribe”?
En Colombia todo es posible, aunque no la tiene fácil. Hoy la derecha la tiene muy difícil.
¿Y qué posibilidad le ve a la centro-izquierda? ¿Llegará de nuevo dividida a la segunda vuelta, se repetirá la historia?
La derecha necesita el radicalismo de Petro, le facilita las cosas a la derecha. La beligerancia de Petro es lo que impide la cohesión de la izquierda.
En ese escenario ¿qué papel ejerce Fajardo? ¿No le parece que impidiendo la unión de la centro-izquierda al decir “con Petro nada”, juega a favor de los intereses de la derecha?
Indiscutiblemente. Esta conversación está cabalgando sobre el tema estratégico, quiero dejarlo claro, no sobre mi opinión. Estoy hablando de la estrategia. La posición de Fajardo en primera instancia debilita las aspiraciones de la izquierda; lo que no creo es que Fajardo esté jugándole a la derecha como un comodín para lograr esto. Fajardo está convencido de que puede ganar con su posición radical, intransigente, contra Petro.
¿Pero no cree que, con su posición a favor del voto en blanco, él era consciente de que ayudaba a impedir que ganara Petro y por tanto jugaba a favor del candidato de Uribe?
Así es. Fajardo estaba seguro de lo que estaba haciendo. Por eso creo que es un error que la gente lo califique de tibio. Él siempre ha tenido las cosas muy claras.
¿A usted le parece claro lo que hizo en la segunda vuelta, cuando se fue a ver ballenas? ¿Fue una decisión “políticamente correcta”?
Para él y conforme a lo que piensa, sí. A Fajardo le pasa lo que a muchos colombianos, que siente un enorme temor de pensar que Colombia pueda estar liderada por un hombre como Gustavo Petro. No por la izquierda, sino por Petro.
¿O sea que usted cree que Fajardo podría apoyar a alguien de izquierda diferente a Petro?
Yo creo que sí. Los buenos dirigentes en mi concepto no necesariamente deben estar ubicados ni en la izquierda ni en la derecha, deben tener un poco de las dos.
Ya viendo el panorama de la elección del 2022, ¿ve posible una consulta de los sectores de centro-izquierda en la que se pongan de acuerdo para lanzar un solo candidato?
Si quieren tener opciones de poder, sí. Es el único camino, no tienen otro.
¿A quiénes ve en esa consulta de centro izquierda, en la que por supuesto no estaría Fajardo?
La próxima elección presidencial va a tener una connotación especial, pues las regiones se han venido preparando para participar desde liderazgos muy marcados. Un ejemplo, Cundinamarca: en mi criterio Jorge Rey fue un buen gobernador y le entregó las banderas a Nicolás García, quien también lo está haciendo bien. Y ambos tratarán de ser influyentes en una elección presidencial. Lo mismo sucede con los Char en la Costa, con Dilian Francisca en el Valle, con Rodolfo Hernández en Santander.
¿Cuál otro gobernador cree que se ha destacado y cuál sale mal librado?
En el Huila está Luis Enrique Dussán, un hombre sensato, coherente, mesurado. No genera emociones negativas y tiene la experiencia de la vida, está por encima del bien y del mal y hace un esfuerzo enorme por su departamento. En cuanto a gobernadores que van en contravía, el de Casanare. Es la única gobernación que logró el Centro Democrático, fue elegido bajo tesis religiosas ligadas a un grupo evangélico, y creo que ha sido un fiasco total.
Siguiendo con gobernadores, ¿qué opina del de Magdalena, un Carlos Caicedo cercano al petrismo y enfrentado a la clase política de la Costa caribe?
Es lo que está pasando en Santa Marta, Cartagena, Cali, Medellín y Bogotá: la tendencia de centro-izquierda se impone, está ganando espacios importantes.
¿Está ganando votos de opinión?
Sí, y eso invita a entender que la derecha la tiene difícil. Si miramos el mapa de la elección presidencial, la Costa y todo ese sector votó más hacia la centro-izquierda. El meollo reside en que la pobreza allá no es pobreza, es miseria. Y no merecen eso, entonces hay una fatiga de la gente hacia el Gobierno. Esto permitiría nuevos liderazgos, y es cuando me refiero al papel que pueden jugar las regiones. En líneas generales la pelea va a ser muy difícil, y la derecha la tiene muy dura.
¿Usted le ve alguna posibilidad al clan Char de conquistar la presidencia?
No, porque lo que les ha permitido estar hoy donde están, va a jugar en su contra.
¿Cómo ve la labor de Claudia López como alcaldesa de Bogotá?
Claudia es una mujer verraca, ha mostrado capacidades, su anhelo por hacer historia ya lo cumplió. Lo que pasa que ella sueña con la presidencia y eso no le ha hecho tanto bien a Bogotá. Hay horas en las que se dedica a ser alcaldesa y otras en las que funge de candidata presidencial. Todos los aciertos son de ella y los desaciertos de los demás: de Duque, de Petro, del exalcalde Peñalosa. Ahora, no estoy diciendo que no pueda ser presidenta; es una mujer muy capaz y admiro su manera de trabajar, argumentativa, estructurada en lo intelectual.
Hablando de conquistar la presidencia, ¿le ve alguna posibilidad a Petro? Mi impresión es que le falta un asesor de imagen, por ejemplo, en la redacción de sus trinos.
No nos quedemos en lo formal y vayamos al origen. Mire el cambio que tuvo Petro entre la primera y la segunda vuelta, en tres semanas su tono cambió, su posición radical frente a ciertos temas se suavizó, se volvió más moderado. Pasaron las elecciones y se devolvió a su esquina, regresó a su radicalismo. Yo creo que si Petro deja de ser tan radical, podría abarcar una franja de opinión mucho mayor.
Cuando usted dice ser menos radical ¿se refiere por ejemplo a dejar de atacar a Claudia López?
Antes que a posibles acercamientos políticos, me refiero a su posición inflexible frente a ciertos temas. Me explico: a mí me encanta Alejandro Gaviria, porque maneja conceptos de derecha y de izquierda. Si él lee esta entrevista dirá que no está de acuerdo con ser visto así, pero es para hacerme entender, porque para ser buenos dirigentes se deben avalar por igual ideas de derecha y de izquierda. Si no, en mi criterio, no son buenos dirigentes. Los gobernantes gobiernan para gente de derecha y de izquierda, otros son apolíticos, otros ateos o católicos. Un dirigente debe gobernar para la masa, no tratar de acomodar a los ciudadanos en torno a su pensamiento. Hoy cometen un grave error aquellos radicales que creen poseer la verdad absoluta.
¿Me equivoco si pienso que usted quiere ver a Alejandro Gaviria de presidente?
A mí me gustaría, por supuesto. Saliéndome de lo estratégico, como simple ciudadano, creo que todo fanatismo es dañino. El fanatismo político le ha hecho mucho daño a Colombia, pero es lo que necesitan los políticos, la polarización los mantiene vigentes. Y yo digo, ojalá pudiese llegar alguien con un concepto filosófico nuevo, renovador. Vivimos en un país muy rico en medio de la miseria, un país donde nos acostumbraron a sentirnos orgullosos de la pobreza, a odiar al rico, a patear al empresario.
En alguna columna para El Espectadordije que no veo a Petro consiguiendo las mayorías para ser presidente, pero arrastraría a más de medio país si fuera fórmula vicepresidencial de un Humberto de la Calle o un Alejandro Gaviria. ¿Usted qué cree?
Claro, cambiaría por completo el panorama. Pero la beligerancia de Petro no le permite entender que esa sería una fórmula exitosa, mucho más que él encabezando. Si Petro pasa a segunda vuelta con un candidato de la derecha, este vuelve y gana.El colombiano se inclina más hacia la derecha porque su cosmovisión está afianzada sobre ideas religiosas, católicas o cristianas. Petro asusta porque ponen a la gente a temer que con él llegaremos a un sistema tan nefasto como el de Venezuela, que ningún país del mundo quisiera. A Petro siempre le va a costar, porque se la sacarán a relucir, la innegable cercanía que tuvo con Hugo Chávez.
¿En ese escenario, cómo ve a Rodolfo Hernández en su búsqueda de la presidencia?
Rodolfo va a ser el factor desequilibrante en la próxima elección presidencial. Tiene fanaticada a nivel nacional, seguramente sacará una lista al Senado y si la encabeza su amigo de Antioquia, Gilberto Tobón, esa lista podría tener un millón de votos. Si Rodolfo logra esa votación, la intención de voto por él a la Presidencia podría estar en el triple.
He visto que Rodolfo Hernández hoy se deslinda de Uribe, y está tratando de acercarse al petrismo. ¿Me equivoco?
No, no se equivoca. Yo lo he visto asumir posiciones más cercanas a la izquierda. Y esto se ha acentuado después de la elección del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Antes de eso a Rodolfo le fascinaba que lo compararan con Donald Trump, pero en una alocución reciente habló mucho de Biden; dijo que al igual que él, ganará con sus propuestas.
¿Usted cree que Rodolfo Hernández es un genuino adalid de la lucha anticorrupción?
Yo creo que nadie es un genuino adalid de la lucha anticorrupción.