Por PUNO ARDILA
La Florida, un estado del país de la libertad, la nación de las oportunidades, el sueño de los latinoamericanos, acaba de restringir la lectura de Hamlet, Macbeth y Romeo y Julieta, tres obras clásicas de William Shakespeare. ¿La razón? Estas obras, según los sabios gobernantes, tienen «pasajes considerados como sugerentes», de acuerdo con la Ley de Derechos Paternos en la Educación para “evitar el contenido sexual”.
Dijo Joseph Cool, profesor del Gaither High School, en la publicación de El Espectador del pasado viernes 11 de agosto, que «eliminar a Shakespeare en su totalidad porque la relación entre Romeo y Julieta es, de alguna manera, explotación de menores, es simplemente absurdo».
De acuerdo con la publicación, «en el último año se prohibieron más de 1.600 libros en las bibliotecas escolares, prohibición liderada por Florida y Texas en USA. En 2022 se incrementó la censura en 38 % respecto a 2021». Otras obras artísticas, como el David, de Miguel Ángel, y una interminable lista de obras de diferentes géneros artísticos también sufrieron esta perversa censura. «Creo que el resto del mundo se está riendo de nosotros», dijo Cool; y, sí, tiene razón.
Qué vergüenza, que en vez de mejorar como humanidad vamos en retroceso. Hay que ver también los filtros de la censura mexicana para el cine y la televisión, que difuminan la imagen cuando el actor se hace el muerto; ni siquiera cuando en su rol muere, sino cuando se hace el muerto, como Jim Carrey en La máscara. Y hay que ver otras posturas mentecatas, como traducir ‘rayos’ cuando dicen ‘mierda’, o atreverse a convertir “Memoria de mis putas tristes” de Gabo en “Memoria de mis tristes cariñitos”.
¿Qué viene, entonces?; ¿acaso veda al Génesis porque inicia con la historia de dos personas empelotas, y más adelante hay sexo y violencia?; ¿veda a la Biblia en general por tantas historias de sangre, celos, cachos, abandonos y contubernios?
Así las cosas, se quedarán sin La dama de las camelias, El amante de lady Chatterley, Lolita, La guerra del fin del mundo (por lo menos sin algunas de sus páginas), y del mismo autor Pantaleón y las visitadoras y La fiesta del chivo, entre tantas otras. Y de nuestro nobel García Márquez… prácticamente todas pasarían a la guillotina de esta censura idiota.
En fin, este retroceso es otra de las muestras de la estupidez humana.
Mensæ tegumentum primus. Vergüenza produce también que sea la justicia norteamericana la que procesa y condena al Grupo Aval por sus torcidos. Pero más vergüenza da que los medios que sabemos, y tantos colombianos (que también sabemos) salgan a felicitar por la gracia a Sarmiento Angulo y a sus secuaces.
Mensæ tegumentum secundus. Para los amantes de la música colombiana de todos los rincones de nuestro país: los esperamos este fin de semana (sábado y domingo), de dos de la tarde a ocho de la noche, en Cenfer, entre Bucaramanga y Girón, a disfrutar de las mejores agrupaciones, regionales y nacionales, en el Festivalito Ruitoqueño de música colombiana.
@PunoArdila
(Ampliado de Vanguardia)