Por GERMÁN AYALA OSORIO
“Transporté a Matamba el día de su fuga y nos escoltó el Gaula”, dijo Manuel Antonio Castañeda, conductor de la Unidad Nacional de Protección (UNP) capturado cuando transportaba cocaína en un vehículo de esa entidad, según primicia de Noticias Uno. Dicha frase bien puede servir para explicar por qué en Colombia funciona de tiempo atrás un “doble Estado”, operado por mafias con conexiones al más alto nivel político.
Cuando los medios registraron la fuga de alias ‘Matamba’, en esta columna se habló de una extracción y no de una fuga. Bueno, meses después y de acuerdo con lo expresado por Castañeda, el entonces criminal no se fugó, sino que su salida de La Picota en marzo se dio gracias a una decisión política de alto nivel, cuyo objetivo final era extraerlo para luego asesinarlo, fingiendo que su deceso se produjo en medio de un operativo con el que se buscaba su recaptura.
Los hechos que están saliendo a luz pública confirman que efectivamente hay un ethos mafioso enquistado en las lógicas y estructuras operativas del Estado, lo cual haría casi imposible poner fin a la corrupción política, por cuanto esta está conectada a decisiones de funcionarios que cumplen órdenes de políticos profesionales corruptos, de presidentes de partidos políticos o que están al servicio de agencias americanas como la DEA.
La constatación de la existencia de ese doble Estado sugiere entonces que la legitimidad y la gobernabilidad permanecen sometidas al poder de esas mafias, respaldadas en buena medida por poderosos políticos, incluso, de presidentes en ejercicio y de expresidentes de la República.
De la mano de ese doble Estado caminan jueces y la propia Fiscalía, lo que permite cerrar el complejo círculo mafioso y criminal con el que funcionan ciertas instituciones, señaladas de ser madrigueras en donde se esconden los corruptos.
Habrá que esperar el desenlace de los hechos que Castañeda está exponiendo. Mientras se establecen responsabilidades, el doble Estado seguirá operando en Colombia con todo el riesgo que ello supone. El Estado colombiano da miedo.
@germanayalaosor