La hora del lobo

Por PUNO ARDILA

La oposición en Colombia debe pensar muy seriamente en proponer argumentos y planteamientos sensatos, porque lo que hay da vergüenza; y no hablamos de la mascota Polo Polo, ni del HP Pulido Hernández, ni de Cabal, ni de Paloma (que ya bastante se ha dicho de ellos); hablamos de otros personajes, desde dos perspectivas.

Por un lado, desde la comunicación, Luis Carlos Vélez y Néstor Morales, entre otros pésimos ejemplos (que de la señora Dávila también se ha dicho bastante), apoyados por la Contraloría, que está pidiendo cuentas a quien contrate comunicadores alternativos, se vinieron con toda contra sus colegas no convencionales, como Wally (Walter Rodríguez) y otros influenciadores, porque han sido beneficiarios de contratos en medios públicos. Y la rabia (que no argumentos) de tantos perversos personajes de estos medios convencionales parte de que “está mal visto que quienes apoyaron la campaña de Petro reciban contratos”, y dejan entrever que los únicos que pueden recibir dineros y contratos son ellos. Qué mal.

Por otro lado, el lobo Abelardo de la Espriella salió a ventilar su odio visceral contra el presidente Gustavo Petro, como única respuesta a las preguntas en una entrevista, como una parodia de lo que fue Pastrana después de perder con Samper. Recordemos que Pastrana, de quien se creía que como bobazo no tendría rival -pero que Duque igualó o superó- contestaba «que renuncie» como única respuesta a cualquier pregunta, relacionada con lo que fuera. Lo mismo sucede con este abogado, cuyas únicas respuestas a las distintas preguntas son: «Petro es un delincuente». ¿Qué opina de la justicia en Colombia?: «Que Petro es un guerrillero». ¿Qué opina de la situación social en Colombia?; «Que Petro es un terrorista». ¿Qué puede hacerse por el país?; «Que Petro está aliado con la mafia y está acabando con la fuerza pública».

Como dicen los chinos: «¿Es en serio?»; ¿es esto lo que está proponiendo la oposición para objetar, argumentar y discutir frente a la realidad del país? Por un lado, noticias falsas y ataques a los medios alternativos; por otro lado, “pensadores” de pacotilla, como el Abelardo y los ya mencionados atrás, que acusan y disparan mentiras, y lo único que hacen, de verdad, frente a ciudadanos pensantes, es provocar análisis y reflexión frente a lo que ha registrado la historia a lo largo de doscientos años de navegación al garete.

Una cosa es creerse los dueños de la verdad y otra distinta es informar. Una cosa es opinar que no me cae bien Petro (eso se llama “libertad de opinión”) y hablar sobre temas diversos y argumentar, pero otra cosa es lanzar acusaciones al aire, porque eso se llama calumnia. Debería saberlo ese personaje que dice ser abogado.

@PunoArdila

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