Las vacunas y una «dosis mínima» de periodismo

Por GERMÁN AYALA OSORIO

En el tratamiento ridículamente espectacular que varios medios masivos le dieron a la llegada de míseras 50 mil vacunas a Colombia, se aprecia no solo el carácter gobiernista de las empresas mediáticas que cubrieron el aterrizaje del avión (la salida de la cajita con los biológicos y su posterior traslado a un centro de acopio), sino la pobre concepción que del periodismo tienen los colegas que por orden de editores y directores se convirtieron en el hazmerreír en las redes sociales.

A los periodistas y a las empresas periodísticas se les pide una «dosis mínima» de profesionalismo.

Asistimos a la expresión más clara de la decadencia del oficio más bello del mundo, por cuenta de editores o directores de noticieros y periódicos, convertidos en voceros del gobierno de Duque. Voceros, estafetas, pendolistas y amanuenses comprometidos con la tarea de limpiar la imagen de un presidente que ha demostrado hasta la saciedad que no estaba preparado para gobernar, y que no sabía él mismo hasta dónde podía llegar su nivel de ineptitud. El desastroso manejo económico, social y político dado a la pandemia constituye la prueba fehaciente de que Duque jamás gobernó: solo estuvo para cumplir las órdenes de Sarmiento-Uribe.

Medios televisivos como Noticias Caracol dieron un tratamiento fr ‘espectacular’ a un hecho noticioso que jamás debió ser cubierto bajo esas condiciones de desapego a las mínimas exigencias del periodismo: controvertir, confrontar y valorar los hechos en su justa dimensión. Los periodistas y medios que se prestaron para armar y cubrir el lamentable show que montó el Gobierno para recibir las esperadas vacunas, afectaron su prestigio, en la medida en que equipararon el oficio de informar a una acción propagandística.

Dos diarios titularon de manera distinta a la fiesta que armaron los colegas de Caracol y de otros medios con la llegada de las 50 mil vacunas. El Espectador, en cabeza de Fidel Cano, tituló en su portada: Dosis Mínima. Ese titular se ajusta a la dimensión de los hechos, da cuenta del profesionalismo con el que la familia Cano viene haciendo periodismo. De otro lado, el periódico Q´hubo hizo lo propio y en su portada tituló: ¡Llegaron (sic) el 0.08% de las vacunas y falta el 99.92! Ambos titulares expresan altas dosis del espíritu crítico que olvidaron los demás medios. Aquellas empresas mediáticas que enviaron a sus reporteros a cubrir el minuto a minuto de la llegada del avión con las vacunas, lo hacen pensando en beneficiarse de la pauta oficial, en ganar indulgencias con el Gobierno y contribuir a lavarle la sucia imagen  de una administración que ha hecho todo mal en el manejo de la crisis sanitaria generada por la pandemia.

A los periodistas y a los medios de comunicación se les pide una dosis mínima de profesionalismo. Y una mínima postura ética para cubrir un hecho claramente noticioso, pero al que le pudieron dar otro tratamiento. Inclusive, la caída en 6.8% del PIB era un hecho noticioso que superaba a la llegada de las vacunas en cuanto al nivel de «espectacularidad». Pero los colegas lo obviaron, por una sencilla razón: se sienten obligados a respaldar al Gobierno de Duque.

Adenda: No tener en cuenta al departamento del Amazonas en el plan nacional de vacunación constituye una prueba más de la desconexión de Duque con el país. Es más, creo que él y miembros de su gabinete debieron preguntar si dicho ente territorial era departamento o si hacía aún parte de los llamados «Territorios Nacionales».

@germanayalaosor

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