Por querer comprar a un juez,
capturan a un senador.
Uy, ¡qué raro!, sí señor,
porque ellos son gloria y prez.
Por cosas de este jaez
a muchos los condecoran
y las pruebas las ignoran
para archivar el proceso:
“amigo el ratón del queso”
siempre maman, nunca lloran.
Pero la Corte Suprema,
-hoy severa, inteligente-
le dijo a este delincuente:
“contra la ley no se rema”.
El rabo de paja quema,
aunque sea de prepotencia;
es muy clara la advertencia
que el que delinque, la paga;
y así triquiñuelas haga,
algún día habrá sentencia.
Usted verá si renuncia,
flojo senador Eduardo,
que lleva el pesado fardo
de sustentada denuncia.
El mal ejemplo lo anuncia
y el abogado es el mismo,
pero esta vez va al abismo,
y por eso no me quejo;
como es un pobre pendejo,
no habrá escándalo ni sismo.
Sí, ante la ley son iguales,
toca tenerlo presente;
más, estando en los cabales,
es muy bueno ‘recordales’
que éste no es expresidente.
Entonces, al gran Senado,
de importancia sinigual,
por decisión de un togado,
a la cana y por malvado,
le metieron el Pulgar.
GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ