Triste espectáculo vimos:
un Fiscal de defensor,
de un mal ente acusador
actuando como gran mimo.
A larga audiencia asistimos,
con sorpresa en la defensa,
hablándole a la gran prensa
mientras que los defensores
eran pasivos actores,
avalando recompensa.
Para colmo un exfiscal
siempre estuvo sobreactuado,
con posturas de sobrado,
que lo hicieron ver muy mal.
Para algunos fue fatal:
triste la parafernalia
del que tarde se retalia (sic)
sin contundente argumento;
quedó tan solo el lamento
y el recuerdo de Natalia.
Claro, a la parte civil
se le notó catadura,
con jurídica postura,
sin argumento servil.
Desde su tranquilo atril,
con expresión firme, queda,
sin honorario en moneda
esgrimió siempre razones,
con control en emociones,
como su cliente Cepeda.
Y finalmente, la Juez,
joven, bella, muy tranquila,
expuso argumento en fila,
de muy variado jaez.
De justicia gloria y prez,
se apoyó en jurisprudencia,
en la larga providencia,
para decidir certera
que al preso acabó la espera,
y estará libre en la audiencia.
En fin, hubo decisión
para el caso conocido,
con un preso detenido
en ostentosa mansión.
Como la vieja canción,
toca seguir muy pendiente;
algunos dirán, de frente
que el proceso sigue vivo,
con este argumento altivo:
“libre, pero no inocente”.
GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ