Lo que hay detrás del ‘Plan Pistola’

 Por GERMÁN AYALA OSORIO

El ‘Plan Pistola’ que según las autoridades viene ejecutando el Clan del Golfo contra miembros de la Policía Nacional, viene revestido de un carácter vindicativo con dos posibles dimensiones: la primera, que se produce por golpes que esa institución le ha dado en los últimos tiempos a dicha organización narco-paramilitar, incluida por supuesto la captura y extradición de alias Otoniel; y dos, que se origina en “incumplimientos institucionales” en el marco de las viejas relaciones entre oficiales de alta y mediana graduación con miembros del Clan del Golfo.

La captura del comandante de la estación de Policía de Heliconia por presuntos vínculos con ese grupo armado en el occidente de Antioquia explicaría esas relaciones perniciosas que le restan legitimidad a la Policía. La connivencia de miembros de las fuerzas armadas -en este caso de la Policía- con las actividades criminales de dicha organización hace parte de la confusión moral y misional en la que cayeron miembros de la institución armada estatal. Dicha confusión da vida a lo que se conoce como “traición a la Patria” que se expresa con el vil asesinato de los compañeros de aquellos que traicionaron la confianza de los ciudadanos.

Lo que parece claro es que detrás del tenebroso “Plan Pistola” hay un ajuste de cuentas, que nos recuerda el ejecutado por los sicarios del cartel de Medellín que, siguiendo órdenes del criminal Pablo Emilio Escobar Gaviria, asesinaron a cientos de policiales.

El llamado que hace a la sociedad el director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas Valencia, para que salgamos a protestar por el asesinato de policías y patrulleras, pretende minimizar la cercanía comprobada que miembros de esa institución sostienen con el Clan del Golfo y hacernos olvidar las actuaciones de agentes del Esmad y de la misma policía en los atropellos y violaciones a los derechos humanos, cometidos contra los jóvenes que se manifestaron en el contexto del paro nacional reciente.

La invitación del general Vargas aporta a la selección moral que la sociedad colombiana suele hacer en el reconocimiento de las víctimas. Esperaría del alto oficial también un llamado a que marchemos para defender la vida y protestar por el asesinato sistemático de lideresas y líderes sociales y ambientales; del crimen de defensores de derechos humanos; incluso, por las mujeres policías ultrajadas por oficiales superiores a través de violaciones sexuales y acoso.

Cada vida cuenta, no solo la de los policías que están cayendo por las balas asesinas de los miembros del Clan del Golfo. Pretender poner por encima de las demás víctimas el valor de los uniformados, solo aporta a una inconveniente disociación moral. Lamentable lo que está sucediendo, y lo que más se necesita es que el general Vargas señale quiénes de sus subalternos guardan de tiempo atrás relaciones mafiosas con los narcoparamilitares del Clan del Golfo. Cuando la institución esté limpia de toda sospecha y culpa, seré el primero en salir a marchar.

@germanayalaosor

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