España se aparta de la tendencia europea de gobernar en coalición con la ultraderecha.
El pueblo español, en uno de los veranos con temperaturas más altas y en medio de sus vacaciones, fue a las urnas a atajar el fascismo que se está tomando los gobiernos europeos. ¡Y con votos arrojó a los ultraderechistas a un lado! Aunque no los ha acabado del todo, sí los ha derrotado. VOX, el partido ultra, ha bajado de 52 diputados a 33; ha perdido 19, casi el 40% de sus escaños en el Congreso de los diputados.
La extrema derecha española y europea tenía listas sus botellas de champán para brindar por la vuelta del franquismo a España y por tener un nuevo gobierno de la ultraderecha en otro país europeo. Pero los españoles, que todavía tienen en sus retinas las atrocidades de la dictadura que los convirtió hasta mediados de los años 70 del siglo XX en el país más atrasado de Europa, les han dicho a los neofascistas que no van a permitir que les arranquen los derechos sociales conseguidos con tanto sacrificio tras las cuatro décadas en el poder del criminal de guerra, golpista y dictador Francisco Franco.
Los fascistas españoles que han resurgido en los últimos años, prometieron acabar con el ministerio de Igualdad; eliminar también el de Medio Ambiente; quitarle más de la mitad del presupuesto al de Cultura para usarlo en revivir el toreo; eliminar la Ley contra la violencia de Género, porque según ellos en España no existe la violencia contra las mujeres; acabar con las leyes de igualdad para la población LGBITQ+; expulsar en masa a los extranjeros sin papeles; eliminar de las aulas las clases de educación ciudadana, de integración de minorías y de igualdad de género; terminar con el uso del catalán, gallego y euskera en Catalunya, Galicia y el País Vasco para que oficialmente solo se hable castellano… Y, por supuesto, potenciar el regreso de la mujer al hogar, porque «el trabajo fuera de casa ha conseguido que ellas descuiden a los hijos y por eso España está como está».
Y ni qué decir de la Unión Europea. La ultraderecha española, amiga de Putin, quiere que España salga de la UE «porque nadie puede imponer en el país leyes que estén sobre las propias» y porque Europa lo único que hace «es perseguir la identidad española».
En fin… Que los españoles, esta vez, a diferencia de la mayoría de los votantes en los países europeos en los que ha habido elecciones en los dos últimos años, no han votado por el regreso del fascismo; lo han hecho para preservar la democracia y defender los derechos sociales, políticos, económicos y culturales, conseguidos en los últimos 40 años.
El pueblo español hoy ilumina Europa, tal como lo hace su sol que en este continente, a diferencia de muchos lugares, no deja de brillar en ninguna estación. ¡Bienvenida esta votación que alumbra la esperanza para España, Europa y el mundo!
OLGA GAYÓN/Bruselas