Por GERMÁN AYALA OSORIO
Amplificado por los medios masivos afectos al viejo régimen de poder, el fiscal Francisco Barbosa informa que el ELN diseñó un plan para atentar contra su vida. Incluso, versiones periodísticas indican que estaría pensando en abandonar el país, a pocos meses de terminar su cuestionada administración.
Casi de inmediato, voceros de la agrupación guerrillera desmintieron la versión, lo que puso en duda la veracidad de la información suministrada por el propio fiscal. Hay razones suficientes para no creerle a Francisco Barbosa: el fiscal general de la nación es un declarado enemigo del presidente Petro, contradictor del gobierno y opositor a la Paz Total.
Lo curioso de la alarma que lanzó el ladino personaje es que se da cuando se sabe de una carta que envió alias Otoniel al presidente de la República, en la que indica que desea colaborar con la justicia y entregar detalles de los sectores de poder político, militar y económico que colaboraron denodadamente a la feliz operación criminal del Clan del Golfo. La misiva que envió el criminal de marras se da justo cuando la justicia americana lo acaba de condenar a 45 años de prisión por narcotráfico y otros delitos conexos.
La verdad es que hay suficientes elementos políticos que permiten poner en duda la veracidad y consistencia del posible plan del ELN para atentar contra el fiscal general. La sola insinuación de Barbosa permite pensar que habría una confluencia de intereses entre esa guerrilla y agentes del gobierno para asesinarlo. Esa podría ser la intención oculta del fiscal para acabar de afectar la imagen del gobierno, golpeada hábilmente por el narcisista funcionario, cuando ordenó la espectacular captura del primogénito del presidente Petro por delitos de corrupción, mientras que guardó excesiva prudencia y cautela con la imputación de cargos y solicitud de medida de aseguramiento contra el excandidato presidencial uribista, Óscar Iván Zuluaga y su vástago por recibir dineros de Odebrecht; también hay señalar que la presunta amenaza contra su vida, llega cuando el escándalo que montó con el portal Semana por las actuaciones del hijo mayor del presidente Petro, tiende a disminuir por cuanto en los chat presentados por el fiscal Burgos, aparece la figura de Alex Char, a lo que hay que sumar la insistencia de Nicolás Petro y Daysuris Vásquez de que Gustavo Petro y el presidente de Ecopetrol jamás supieron de esos aportes, maliciosamente captados por la pareja Petro-Vásquez.
¿A qué juega el fiscal Barbosa? Esa es la pregunta que deben hacerse los organismos de inteligencia y otras instancias que el fiscal general ya no controla, al tiempo que los otros organismos sobre los que aún conserva injerencia directa trabajan en develar los documentos y las pruebas que sustentaría la veracidad del plan criminal del ELN.
Cierto o no lo del plan criminal de la señalada guerrilla, el tiempo que le queda a Barbosa al frente de la Fiscalía lo dedicará a continuar con el plan político que le trazó el uribismo: deslegitimar al gobierno de Petro o quizás, desestabilizarlo. Ya el país sabe de la alianza que tiene la Fiscalía con el portal Semana. La periodista y directora de Noticias Uno, Cecilia Orozco Tascón calificó así al maridaje Fiscalía y Semana y el banquero Gilinski: es una aterradora bomba de tiempo.
@germanayalaosor