En una sociedad patriarcal, religiosa, ultraconservadora, insolidaria y misógina como la colombiana, la eutanasia, el matrimonio igualitario y el aborto chocaron fuertemente contra las férreas convicciones de aquellos sectores que defienden a dentelladas el patriarcalismo y el papel moralizante de las iglesias, las mismas que guardan silencio frente a los curas violadores, pedófilos y pederastas.
Varios partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil consideradas “Pro vida” presentarán un proyecto de ley que busca volver a penalizar el aborto. Que en la construcción de esa iniciativa participen los conservadores, los del Mira y Colombia Justa y Libres resulta apenas lógico, por estar alineados con ideas premodernas y por defender el violento sistema patriarcal que obliga a la mujer a cumplir el rol reproductivo sin importar si el embarazo fue producto de una violación, de un error, por una noche de copas; si la criatura viene con malformaciones genéticas o si pone en riesgo la vida de la gestante.
Pero que dentro de esa godarria haga parte un miembro de la Colombia Humana y el Pacto Histórico, resulta inconcebible y contradictorio. Pues bien, en Noticias Uno apareció la representante a la Cámara por Santander y miembro de la Comisión Segunda, Mary Anne Perdomo, para decir que está trabajando de la mano de los conservadores, el Mira y Colombia Justa y Libres, en el señalado proyecto con el que quieren volver a penalizar el aborto.
Al asumir esa postura, Perdomo no puede seguir haciendo parte de las ideas progresistas que guían el trabajo legislativo y político de los miembros del Pacto Histórico. La congresista debe salir de la colectividad y aterrizar en cualquiera de eso mencionados movimientos, que son los que pretenden hacernos retroceder en el tiempo y por esa vía, seguir sometiendo a las mujeres a un sistema patriarcal violento que las infantiliza y convierte el cuerpo femenino en un objeto moral de cristianos y católicos que se quedaron anclados en el pasado.
Las mujeres tienen el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Y en particular, a tomar la decisión libre de presiones, de abortar de acuerdo con las circunstancias que la Corte Constitucional en su momento expuso para despenalizar la interrupción del embarazo.
¿En qué le puede afectar a los «provida» que una o varias mujeres estén dispuestas a abortar? En nada, realmente. Lo único que las motiva a las mujeres y hombres «Pro vida» es mantener la vigencia del sistema cultural y por tanto la preponderancia del machismo. Con la despenalización del aborto en Colombia no se está obligando a las mujeres gestantes a abortar. Si usted, señora Perdomo, conoce o tiene una familiar cercana que fue abusada y quedó embarazada, nada ni nadie la conmina a interrumpir el embarazo. Si la joven desea tener el hijo concebido violentamente, esa decisión se respeta. Quienes apoyamos el aborto esperamos la misma comprensión sobre la decisión contraria. Si una mujer fue embarazada por un violador, ella tiene todo el derecho a no tener ese hijo.
Y para el caso de malformaciones genéticas del feto, ¿usted señora Perdomo estaría dispuesta a colaborar para hacer más llevadera la vida de la madre y del niño o niña que llevará una vida llena de limitaciones y problemas de salud? No. Usted y sus compañeros de la godarria colombiana disfrutan viendo a las otras mujeres sufrir y lamentándose por la vida que les «tocó, por voluntad divina».
Insisto, señora Perdomo: usted y sus amigotes del Mira, Conservadores y Colombia Justa y Libres no son «provida». Lo que realmente defienden es el machismo, el papel siempre moralizantemente perverso de las iglesias.
Sin duda alguna, Perdomo está en el lugar equivocado. En el partido equivocado. Sería bueno que las directivas del Pacto Histórico revisaran su caso, pues a todas luces contradice los postulados del progresismo, en particular aquellos que invocan la igualdad y el derecho que le asiste a las mujeres de hacer con sus cuerpos lo que les venga en gana.
@germanayalaosor
Excelente Columna