Por DIEGO OTERO PRADA
La buena noticia es que ganó Joe Biden, como se esperaba. Ganó la rama menos derechista del partido único estadunidense, con sus dos alas, la republicana y la demócrata.
Mala esta victoria para los extremistas del mundo y en particular para Iván Duque, el Centro Democrático y demás partidos de derecha como el Conservador, y los religiosos Mira y Colombia Justa Libre. Perdieron Álvaro Uribe, Francisco Santos, el rector de la U Sergio Arboleda, Francisco Noguera; y un montó de empresarios ultra reaccionarios, que le copian a Uribe.
En Estados Unidos perdieron los venezolanos derechistas y ricos, los cubanos que añoran la Cuba que ordeñaban, los colombianos uribistas que viven en el imperio, Juan Guaidó, Leopoldo López, los senadores cubanos de Florida, Bolsonaro de Brasil, Piñera de Chile, Lacalle de Uruguay, Vizcarra del Perú, el traidor Almagro de la OEA, Felipe Aznar de España, el reaccionario Mario Vargas Llosa, los extremistas de Vox en España, los de Marine Le Pen en Francia, los dictadores de Hungría y Polonia, tantos extremistas que ahora abundan en el mundo, los subversivos del siglo XXI.
Pero no hay exagerar la alegría y pensar que viene un gran cambio. Es misión imposible. Ambos partidos son unánimes en defender los intereses del imperio y utilizan lo que sea necesario para evitar que el predominio mundial de la potencia del Norte se vea amenazado. Cambian los estilos, pero los objetivos siguen iguales.
Los demócratas son amigos de hacer guerras. Biden aprobó la intervención en Irak, Siria y Libia. Uno de sus asesores en política exterior es el halcón Zbigniew Brzezinski, enemigo número uno de Rusia, así que veremos una dureza contra este país. Curiosamente Henry Kissinger, asesor de Trump, es partidario de buenas relaciones con Rusia, porque para este el principal enemigo es China.
En lo interno habrá cambios positivos, por supuesto, porque Biden tiene la presión del ala de izquierda del Partido Demócrata, que orienta Bernie Sanders. Pero no debemos hacernos grandes ilusiones: Biden estuvo ocho años con Obama, gobierno que tuvo muchas fallas. Este presidente es el que comenzó sanciones con Venezuela, no acabó con las de Cuba, no fue capaz de hacer una verdadera reforma de la salud, no fue de gran ayuda con los afroamericanos, el que más latinos ha expulsado, un hombre de Walt Street y de los grandes intereses económicos y financieros. Joe Biden es un hombre del establecimiento, mejor dicho.
Por supuesto, es un cambio en una dirección más acertada que mantener al bufón, loco, mentiroso y ultra reaccionario Donald Trump y sus fieles seguidores, los supremacistas blancos y los reaccionarios miembros de la religión evangélica.
En todo caso, no es una noticia buena para Iván Duque y los uribistas de todo pelaje, sino lo contrario.
Hay que esperar a ver qué va a ocurrir con Biden como presidente. Debemos darle tiempo para saber cómo será su gobierno, si va a darse un cambio con las políticas de Trump en la dirección correcta, que es la de l progresista Bernie Sanders, o si…