Por GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ
Ya llegó la Navidad,
época de los regalos:
ensayemos unos palos,
de amplia generosidad.
Presidente con bondad,
característica en él,
dice que a la paz es fiel,
pero de guerra hay asomo:
“no de soldados de plomo
ni avioncitos de papel”.
Eran épocas de niño;
ahora es la presidencia.
No más olvidos de ausencia,
pues con los vecinos riño.
Propuestas con desaliño
de consecuencia mortal.
Dicotomía fatal,
que a muchos seguro aterra:
“aviones para la guerra,
discurso de paz total”.
Los van a comprar a Francia
porque salen más baratos;
esos malos aparatos
traen de muerte fragancia.
No se nota la importancia
que la tal compra concita,
una adquisición maldita
que el presupuesto fulmina:
mejor cómprenle a Argentina
que esos no vuelan, levitan.
Para la primera dama
dos regalos muy suntuosos,
que así resulten costosos
sean acordes con su fama.
Es intrincada esta trama,
pero se integra en el combo
que le da brillo a ese rombo:
Un Ferrari y un tambor,
llenos de ritmo y sabor
para activar su “autobombo”.
Como ella ama la niñez,
hay que darle muchos niños,
que le hagan bailes y guiños
y aplausos de sencillez.
Así eso salga al revés,
no es siempre malo ensayar,
ni a vecinas ayudar:
al que no le guste el caldo
dos tazas de Baracaldo,
en Bienestar Familiar.
ÑAPA 1
¿Comprar aviones a Francia?
-dijo el Fiscal eminente-
“Eso es delito en flagrancia;
ordeno activar la instancia;
ella es vicepresidente”.
ÑAPA 2
Mantener la Baracaldo
es decisión muy tozuda.
De Verónica el respaldo,
de mala influencia es heraldo:
pasa de Concha a “conchuda”.
@pedrojdelvalle