Noticias Uno, vuelve y juega: el mejor noticiero

Por GERMÁN AYALA OSORIO

Una versión más de los premios India Catalina, y de nuevo Noticias Uno se lleva el galardón al Mejor Noticiero Nacional. En 12 ocasiones de los últimos 15 años, el informativo ha obtenido tan importante distinción. Surgen varias preguntas ante semejante récord: ¿Cómo asumen el resultado los directores de noticieros como Caracol, RCN y CM& que emiten todos los días, pero el galardonado es el informativo que solo sale al aire los fines de semana? ¿Cuánto refleja el galardón de Noticias Uno las reales preferencias de las audiencias que consumen noticieros en Colombia?

Debemos dejar de preocupamos por la manera como informan los medios, y entender que lo que debemos hacer, es enseñar a las audiencias a consumir la información.

Detrás de estos interrogantes gravitan varios elementos, como el hecho de que la calidad de Noticias Uno no representa para las directivas de Caracol, CM& y RCN un referente a seguir. Por el contrario, sería la antítesis del periodismo que hacen esos tres noticieros. Si ello es así, estamos entonces ante dos formas de asumir el periodismo en Colombia y en consecuencia, frente a una crisis del bello oficio: si hay consenso en que el periodismo es uno solo, la falta de rigurosidad (otros hablan de una pretendida objetividad) y el no cuestionar a quienes ostentan el poder, serían características de los informativos que salen al aire todos los días en Colombia.

El segundo elemento señala que hay directores de noticieros a los que les importa más mantener vigentes y asegurar los intereses económicos y políticos, que competir por la fidelidad de su público. RCN es el mejor ejemplo de lo anterior, poco les ha importado a sus directivas el rechazo creciente de las audiencias por haberse convertido en la oficina de prensa del “uribismo”. Ya todos conocen el resultado: pocos son los ciudadanos que consumen ese informativo.

Y un tercer elemento, derivado de los anteriores: competir por ser los mejores no es una opción para los periodistas y directores de CM&, Caracol y RCN, en consideración a que la directriz para estos noticieros parecer ser la misma: defender a dentelladas a los Gobiernos (y ahora al de Duque), pues de lo que se trata es de mantener la pauta oficial y por esa vía, garantizar a los periodistas su permanencia en los equipos de trabajo.

La pauta oficial suele servir de bozal para que los medios masivos colombianos conserven sus buenas relaciones con los gobiernos de turno y en tal medida sepan guardar silencio sobre hechos noticiables que terminan elevados al estatus de noticia, más por la presión misma de otros medios, o por el impacto de los mismos hechos. Al final, cuando logran poner en la balanza los intereses corporativos, esos hechos son presentados  con ciertos e interesados matices.

De allí que cuando un Gobierno no compra a la prensa con pauta publicitaria, la convierte en el más incisivo actor político. Y eso ha sido durante varios años Noticias Uno para ciertos sectores de poder tradicional en Colombia: un mordiente actor político. Claro, hay otros sectores de poder que Noticias Uno no toca con la misma fuerza corrosiva. Por ejemplo, el silencio que guarda en relación con hechos que afectan la imagen del sempiterno candidato presidencial, Sergio Fajardo. El mismo que debe responder por lo acaecido en Hidroituango.

En todo caso, no debemos perder de vista que el papel del periodismo es el de informar, incomodar, vigilar, seguir, cuestionar y criticar a quienes ostentan cualquier forma de poder. Y que toda actitud y acción que conlleve a la autocensura, no sólo invalida el rol vigilante de la prensa, sino que afecta a la institucionalidad democrática.

Termino con estas dos ideas: la discusión no es si la prensa es libre, sino qué tanto le sirve a la democracia. La pauta y el mercado prostituyeron el periodismo, pues convirtieron a muchos periodistas en «prostitutos» y a empresas mediáticas en «proxenetas», en casas de lenocinio donde se les alcahuetea todo tipo de actividades ignominiosas a los poderosos.

Adenda: Muy bien por los dos premios India Catalina que obtuvo la serie #Matarife. Esos reconocimientos permiten avizorar un respeto profundo por la democracia, en la medida en que a dicha producción se le intentó silenciar y censurar. Además, constituye una prueba fehaciente de que el “teflón” que protegía a Uribe Vélez se debilitó. Eso sí, ello no significa que Colombia esté gozando del posturibismo, como lo señaló León Valencia.

@germanayalaosor

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