Por Gerardo Martínez Martínez
Ya me leí el expediente
en que hubo la decisión
de ordenar la detención
de Uribe, el expresidente.
Sentí que era muy urgente
revisar la foliatura,
para evitar la impostura
de los que tachan de injusto,
porque no fue de su gusto
lo de la Magistratura.
Con formación de abogado,
leído y con buen criterio,
la verdad, encontré serio,
lo que hicieron los togados.
Sobra que sean insultados,
por sesgados, por no aptos,
en un proceder de incautos,
que actúan solo por pasiones,
sin revisar las razones
que la Corte da en el auto.
Sugiero entonces por ello,
comedido y respetuoso,
analizar bien aquello,
antes de torcer el cuello,
y, de entrada, hacer el oso.
La decisión es injusta,
dijeron los abogados,
pero quedan mal parados
al no mostrar ni la fusta.
Esa actitud poco gusta
pues se quedan en discursos,
en verborreas incursos,
no intentan controvertir,
es solo hablar y decir,
sin interponer recursos.
Entonces, mugen y gritan,
aduciendo ser muy tesos.
Palabras graves musitan,
que al Ubérrimo lo agitan
mientras el Ex sigue preso.