¿Por qué Hollman Morris no está al frente de RTVC?

Por JORGE GÓMEZ PINILLA

Injusticias en esta vida se cuecen como las habas boyacenses (en todas partes), y un caso bien llamativo se viene dando con el periodista, productor de TV, escritor y político Hollman Morris, quien fue candidato a la alcaldía de Bogotá por Colombia Humana en 2019, como le correspondía en línea directa por su brillante trayectoria al frente de Canal Capital mientras Gustavo Petro fue alcalde.

Pero vio frustrada su aspiración debido a un «character assassination” orquestado desde las oficinas del abogado uribista Abelardo de la Espriella, entendido dicho asesinato de carácter en su acepción inglesa, como acabar con la reputación de un contrincante mediante una maniobra orientada a desacreditarlo, sembrando infundios de índole privada o personal en su contra.

Lo cierto es que en medio de la campaña electoral del 2019 la intención del abogado fue provocar un daño político, como en efecto logró, pues de no haber sido por ese escándalo el alcalde de Bogotá hoy sería Hollman Morris, no Claudia López.

La persona más indicada para capotear desde lo mediático esta crisis está de algún modo abandonada a su suerte, por cuenta de una situación ajena a su desempeño en lo público.

Además, se vio sometido al ‘fuego amigo’ que le llegaba desde el ala feminista más radical del petrismo, y esto contribuyó a que se dejara de apreciar el buen desempeño que había tenido mientras gerenció Canal Capital, donde no solo fue eficaz escudero mediático de Petro sino que conquistó al público joven y posicionó al canal del Distrito con una parrilla de programación diversa, con contenidos culturales, de opinión y entretenimiento, sumado a que puso a la televisión pública a generar ingresos.

Esto conviene decirlo en coincidencia con una coyuntura muy crítica, que hizo a muchos poner a tambalear su fe en el Gobierno del Cambio, a raíz del severo golpe a la reputación del presidente ocasionado por los malos pasos que venía dando su primogénito, envuelto en eso que los franceses llaman “relaciones peligrosas” (Liaisons dangereuses). En este contexto dañino, donde no le cabe ninguna culpa al mandatario, se aprecia una situación paradójica: la de comprobar que la persona más indicada para capotear desde lo mediático esta u otras crisis venideras está de algún modo abandonada a su suerte, por cuenta de una situación también ajena a su desempeño en lo público.

Decíamos en columna reciente que hoy se presenta una especie de desestabilización a cuentagotas, puesta en práctica por poderosos medios de comunicación que necesitan que fracase un gobierno contrario a sus intereses, y en tal medida andan dedicados a sembrar pesimismo sobre el futuro inmediato del país, sobre todo en el ámbito económico.

Y el Gobierno no es consciente de esta realidad, como parece evidenciarse en una política de Comunicaciones errática, dedicada más a apagar los incendios del día a día que al desarrollo de una estrategia de alto contenido pedagógico, que convenza sobre las ventajas de los cambios que pretenden impulsar para Colombia a mediano y largo plazo.

Es hora entonces de que el mismo presidente proceda como corresponde, comenzando por tomar posesión de RTVC, entidad sometida a una inexplicable e insólita orfandad administrativa que ya va para ocho meses. ¿Por qué el Sistema de Medios Públicos sigue en manos de la muy uribista administración anterior, comenzando por su actual gerente, Adriana Vásquez? Vaya uno a saber… Lo cierto es que se conocen denuncias sobre manejos amañados que esta señora viene haciendo de la nómina de una entidad tan neurálgica, encargada nada menos que de las políticas estatales de Comunicación en lo televisivo y radial. (Ver denuncia que circula).

Si la memoria no nos falla, en octubre del año pasado se presentó la primera gran crisis que afectó la imagen del gobierno, relacionada con ciertos edredones y sábanas lujosas que había adquirido el DAPRE para las habitaciones del Palacio de Nariño. En aquella ocasión se escucharon voces que hablaban de la urgencia de crear medios gobiernistas, aunque en realidad el problema tiene que ver es con la ausencia de un manejo estratégico de la Comunicación. En este terreno, por esos días propusimos dos aspectos claves: uno, fortalecer los medios aliados; dos, tener inserción dentro de los medios tradicionales desde instancias gubernamentales, con mensajes atractivos para el grueso público”. (Ver columna).

Fue lo que sugerimos, pero lo que se vio fue la creación del primer medio gobiernista, el Informativo Colombia Hoy, una emisora virtual que transmite tres horas diarias de información oficial, con una nómina de periodistas que por cierto proviene de medios tradicionales. Aquí entre nos, esa emisora juega un rol parecido al de regalarles biblias a los cristianos, porque son mensajes que le llegan a un público ya convencido de las bondades de este Gobierno. De petristas para petristas.

Y ocurre que una efectiva estrategia de Comunicaciones debe llegar por igual a tirios y troyanos, o sea al país entero, buscando sobre todo reconquistar a quienes han sido contagiados por la ola de pesimismo y malestar colectivo que están sembrando medios como Semana, El Tiempo, El Colombiano, RCN, Noticias Caracol, Red + Noticias y otros que por ahora escapan a la memoria.

Llegados a este punto, con espíritu constructivo se nos ocurre someter a consideración del gobierno una amable sugerencia: la de poner al frente del manejo estratégico de las Comunicaciones a una persona como Hollman Morris, quien con sus realizaciones ha demostrado ser el profesional más capacitado, más leal, más eficaz y por tanto más indicado para asumir la dirección de RTVC.

En algún pasaje del Nuevo Testamento, Jesucristo les hablaba a sus discípulos sobre cómo reconocer a los verdaderos seguidores y evitar a los falsos profetas, con estas palabras: “por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”. Mateo 7:15-20

Así las cosas, el balón está en la presidencia de la República. Ya es hora de que en asuntos de comunicación jueguen con gente de su mismo equipo.

@Jorgomezpinilla

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