Dice El Espectador que el discurso del 1 de Mayo en el que Petro anunció la ruptura de relaciones con Israel le parece un “acto de populismo para satisfacer a sus seguidores”. Acto seguido lo compara con la ruptura de relaciones de Duque con Venezuela, como si la situación del conflicto de Venezuela fuera homologable al genocidio cometido por Israel contra Palestina en los últimos 6 meses, el cual ha sido reportado por la Relatora especial de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos, Francesca Albanese. (Ver editorial).
Hace poco leí un texto publicado por Gerald Bermúdez en X, quien hacía una analogía más atinada que la del editorial de El Espectador. En ella parodiaba el régimen genocida de Israel con el régimen genocida de Alemania: “no podemos romper relaciones con el Reich porque su relación con Colombia es histórica y ha sido benéfica para ambos países en términos comerciales y fraternos. Coordinemos más bien mayor ayuda humanitaria para las poblaciones en los campos de trabajo de Dachau y Auschwitz”. Cambie el nombre de un Estado genocida por otro y así se van a saber quiénes sostienen que deberíamos mantener relaciones con el Estado de Israel, por extraño que pueda parecerles a algunos.
Dice El Espectador que romper relaciones con Israel es una muestra de desprecio por la diplomacia, como si Israel hubiera respetado la diplomacia internacional, o siquiera hubiera frenado la «limpieza» étnica cuando la Corte Internacional de Justicia (ICJ) le ordenó “tomar todas las medidas» posibles para «prevenir” un genocidio en Gaza [1].
Don Fidel Cano dice que Netanyahu es un criminal, pero sin reconocer que es un genocida, como si el exterminio de 30.000 palestinos a causa de los bombardeos a una población étnicamente diferenciada y sometida a un régimen de Apartheid no fuera genocidio, o como si no se pudiera nombrar con ese concepto lo que es evidencia irrefutable.
A continuación El Espectador plantea que Colombia pudo mantener el retiro del embajador o seguir protestando y presionando con otros países por un cese al fuego (en instancias como la ONU), y que estas opciones se desechan por la decisión “unilateral” del presidente. Ignora voluntariamente que Israel ha desconocido TODAS las decisiones de la Asamblea General de la ONU que piden un alto al fuego. Según El Espectador, las opciones de presión diplomática se desechan con el actuar “unilateral” del presidente, y que dicho actuar no protege a nadie, pero “apoya la estigmatización contra los israelíes”. De esta forma desconoce este diario el compromiso que tiene Colombia como miembro de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, que implica tomar todas las acciones posibles para la prevención de este crimen contra la humanidad.
Además, queda otra pregunta: ¿por qué esta decisión desecharía otras opciones de presión? Colombia puede seguir trabajando en el ámbito regional por una declaración conjunta, y tiene otras alternativas de presión: el cese de relaciones comerciales que acaba de declarar Turquía a Israel es un ejemplo de una medida más contundente.
Pregunta El Espectador por qué Petro ha guardado silencio sobre varios conflictos, por ejemplo: “¿por qué el silencio de Colombia ante los muertos que ha dejado la invasión no provocada de Rusia a Ucrania?”. Pero en su ceguera voluntaria o su visión parcializada del asunto, no dice que desde Bruselas, en una cumbre conjunta de la Celac y la Unión Europea, Petro afirmó que esta era una “Invasión imperial o imperialista sobre Ucrania”[2] y unos días más tarde volvió a afirmar que Rusia “viola protocolos de guerra”[3].
¿Dónde está la incoherencia, señores de El Espectador? Apenas ayer la UNESCO otorgó el Premio Mundial a la Libertad de Prensa que lleva el nombre de Guillermo Cano (director de El Espectador asesinado por la mafia), a los periodistas palestinos que cubren el genocidio en Gaza. Más de 140 de ellos han sido asesinados -según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ)-, y la responsabilidad de esa sangre está en las manos del gobierno de Israel. Esa sangre se sigue derramando. ¿Por qué este medio sigue sirviendo de plataforma para los representantes de un Estado que asesina a sus colegas?
Sendas publicaciones de los representantes de Netanyahu en Colombia dan cuenta de esto, como la del señor Marcos Peckel (@marcospeckel), quien afirma que los líderes de las protestas contra el genocidio en Gaza son “antisemitas” que tienen “una oscura agenda de odio”, y que “no ocultan su enamoramiento nihilista con organizaciones islamistas genocidas como Hamás y Hezbolá”[4]. Estos señalamientos y estigmatizaciones fueron publicados tal como fueron escritas por el director de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia (@ccjcolombia), sin ninguna verificación de datos. Ser plataforma mediática de los apologistas del genocidio tampoco contribuirá al propósito de la paz en Gaza, y no es ético.
No queda claro cuál es el “sentido estratégico” de lo que plantea El Espectador en sus premisas, ni por qué su postura de sostener las relaciones diplomáticas con Israel sería más “estratégico”. Además, en la afirmación de que la decisión de romper relaciones con un Estado genocida aumentará los ataques antisemitas, desconoce los ataques violentos de los sionistas contra los estudiantes que se manifiestan en las universidades de Estados Unidos, a los que han estigmatizado como antisemitas y simpatizantes del terrorismo.
Esto es desconocer que los miles de palestinos asesinados por Israel eran semitas [en sentido estricto “semita” significa descendiente de Sem y el pueblo palestino tiene dicha genealogía). Segundo, el Estado sionista de Israel al asesinar palestinos estaría cometiendo actos de antisemitismo. Tercero, la acusación de antisemitismo se está utilizando como arma para acallar las voces críticas, según lo han expresado diversos analistas, como Kenneth Stern, redactor de la definición de antisemitismo para el Comité Judío Americano.[5]
Mantener relaciones con el Estado genocida de Israel tampoco traerá la paz a Palestina, y los argumentos esgrimidos por El Espectador son, en el mejor de los casos, un deseo piadoso.
[1] https://news.un.org/es/story/2024/01/1527332
[2] https://www.lasillavacia.com/en-vivo/es-una-invasion-imperial-o-imperialista-sobre-ucrania-petro-sobre-rusia/ julio 18, 2023
[4] https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/marcos-peckel/no-son-pero-si-son-marcos-peckel/