Por GERMÁN AYALA OSORIO
Terminada la jornada electoral, el país ya eligió a los tres candidatos del mismo número de coaliciones por las que votaron millones de colombianos. Con una votación importante, Gustavo Petro, con más de 4 millones de votos, se enfrentará en primera vuelta a Federico Gutiérrez, quien con un poco más de dos millones es el ganador de la coalición de derecha y ultraderecha, llamada Equipo Colombia; y como ganador de la insustancial coalición de Centro Esperanza resultó Sergio Fajardo, con casi 700 mil votos.
Así las cosas, la izquierda democrática y el progresismo tendrán en Gustavo Francisco Petro Urrego al candidato presidencial que recogerá el evidente desencanto y cansancio de millones de colombianos y colombianas con el uribismo. Por el lado de Federico Gutiérrez es claro que la derecha y la ultraderecha tienen en este antioqueño la oportunidad de mantener y extender en el tiempo el oprobioso régimen de poder que opera en Colombia desde hace más de 20 años. Fico, como se le conoce al político paisa, será el nuevo “Jorgito” del caballista y hacendado, Álvaro Uribe Vélez. Con el resultado alcanzado por Gutiérrez la candidatura de Óscar Iván Zuluaga queda en veremos y se espera su renuncia, pues el uribismo terminará uniéndose al exalcalde de Medellín, quien ahora el nuevo títere del Innombrable. La renuncia de Zuluaga debe darse, ante la enorme fuerza electoral de Petro y el miedo que genera en las huestes godas y uribistas, un eventual triunfo del líder de la Colombia Humana.
Algo parecido sucede con la candidatura de Sergio Fajardo. El profesor y matemático sabe que su pírrico triunfo confirma el error que cometieron al jugar a crear un Centro en el que jamás ellos mismos creyeron, pues de tiempo atrás tanto Fajardo, como sus competidores, venían militando en una derecha quizás “moderada”, frente a las maneras de gobernar de la ultraderecha uribista.
Con la votación alcanzada en el Congreso, el Pacto Histórico es hoy la primera fuerza política de Colombia. Así, a lo que deben apuntar es a ganar en primera vuelta. Aunque el uribismo perderá curules en el Congreso, la candidatura de Fico Gutiérrez contará con el apoyo de Uribe Vélez, quien mantiene aún el poder intimidante con el que será posible ejercer presiones y hacer alianzas para intentar poner en la Casa de Nariño a su nueva marioneta. De ser así, estaremos ante un Duque II, lo que se traduce en más corrupción, masacres, concentración de la tierra en pocas manos, más pobreza y más neoliberalismo.
Por ahora, aunque golpeado, el uribismo no ha muerto, pues la figura del Gran Imputado sigue vigente, así hoy haga parte de los que perdieron política y electoralmente. No podemos perder de vista que el régimen sigue en pie y el ethos mafioso, sigue orientando la vida de millones de colombianos, incluidos empresarios, rectores de universidades, periodistas, profesores y colombianos de a pie.
@germanayalaosor