Astrónomos han descubierto lo que parece ser el agujero negro más pequeño conocido hasta el momento en la Vía Láctea y también el más cercano al Sistema Solar.
El objeto cósmico, al que los científicos han apodado El Unicornio, se encuentra a solo 1.500 años luz del Sistema Solar, en la constelación de Monoceros, y parece estar acompañado por la estrella gigante roja V723 Mon.
Se estima que este Unicornio tiene unas tres veces la masa de nuestro Sol, muy poca para un agujero negro, porque habitualmente se localizan agujeros negros de millones de veces la masa del Sol.
Lo más interesante es que tanto el agujero negro y su compañera, una estrella gigante roja, están “conectados” mediante la fuerza de gravedad que ejerce el uno sobre la otra.
Las estrellas gigantes rojas tienen unas ocho o nueve veces la masa del Sol. Se les denomina así por el color rojizo que adquieren luego de consumir todo el hidrógeno de su núcleo y convertirlo en helio (el hidrógeno es el elemento químico más abundante del universo).
Por su parte, los agujeros negros no irradian ningún tipo de luz ya que ni siquiera ésta puede escapar de su superficie. Es por ello que la presencia de dichos fenómenos casi siempre se demuestra a través de astros que están cerca de dichos agujeros. De hecho, la gigante roja que acompaña al Unicornio fue estudiada con anterioridad mediante una innumerable cantidad de telescopios como el KELT, operado por la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos. Y a pesar de que los científicos contaban con una gran cantidad de información sobre la estrella compañera de El Unicornio, este no fue hallado sino hasta ahora.
Encontrar y estudiar agujeros negros y estrellas de neutrones en nuestra galaxia es crucial para los científicos que estudian el espacio, porque les informa sobre la forma en que se forman y mueren las estrellas.
La investigación sobre este agujero hallado en la constelación Monoceros, que en griego significa Unicornio, se publicó en la revista Royal Astronomical Society.