Por DIEGO OTERO PRADA
En el mundo, no en Colombia, se discuten dos paradigmas para responder al desempleo estructural y a los bajos ingresos. Con este artículo trato de comenzar la discusión en Colombia.
Hay dos posiciones. La primera, los que defienden una renta básica, y la segunda, la de los poskeynesianos de la Teoría Moderna Monetaria, que propugnan por una garantía de empleo financiada por el gobierno central.
Con respecto a la renta básica, su filosofía es que todo ciudadano tiene derecho a una renta mínima con la cual defenderse y atender sus necesidades más urgentes. Es renta incondicionada para todos los ciudadanos, sin importar su condición. Significa, que, por el hecho de ser ciudadanos, todos tienen derecho a un mínimo vital.
En Colombia, los defensores de la renta básica la limitan a los ciudadanos vulnerables, pero dejan de lado a la clase media, a los profesionales, a los pequeños comerciantes, que han perdido sus ingresos.
La segunda opción es la de Garantía de Empleo financiada por el gobierno central, promovida por la mayoría de los post keynesianos y, especialmente, por dos líderes de la Teoría Monetaria Moderna, cuyos exponentes principales son Stephania Kelton (El Mito del Déficit, 2021) y Pavlina Tcherneva (La garantie démploi: l´arme social du New Green Deal, 2021). Esta opción consiste en que el gobierno central asegure que todo desempleado tenga un empleo financiado por el estado, a un valor suficiente, con prestaciones sociales, voluntario para el que quiera aceptarlo, pero a cambio de realizar un trabajo social que sirva a la comunidad.
Esta concepción va ligada a la defensa de un Nuevo Pacto Verde, que, al limitar las industrias de tipo fósil, muchos quedarían desempleados, entonces el gobierno les daría esta posibilidad de empleo por un tiempo determinado. En Colombia, por ejemplo, las personas desplazadas por el cierre de minas de carbón, no sería sujetos de a renta básica, pero con este Garantía de Empleo, sí.
La idea de esta propuesta es que su implementación estaría descentralizada, para que las regiones las administren a través de comités de organizaciones sociales, porque allí es donde se decidiría con información local de qué clases de trabajo se requieren de tipo comunitario y social. Por ejemplo, cuidado ancianos, cuidado parques, limpieza, cuidar niños, mantenimiento de vías, lugares públicos, labores de vigilancia.
Otro hecho importante es que se rompe con el concepto del trabajo como una mercancía, es decir, en cierta forma se quiebra con la teoría del trabajo como un simple factor sujeto a demanda y oferta. Es un golpe al capitalismo financiero.
Otro punto para discutir es como se conseguirían los recursos para cualquiera de las dos opciones. Pero, para ello, hay que romper con los mitos del déficit fiscal y del endeudamiento público, que son puntos centrales del pensamiento neoliberal dominante, que está tan presente en Colombia como en ningún otro lugar del planeta.
Esta corta nota es para introducir el debate en Colombia. Hay mucho todavía para hacer conocer la propuesta de la Garantía del Empleo defendida por los partidarios del nuevo paradigma de la Teoría Monetaria Moderna, que recomiendo a los lectores que entren a esta literatura para poder tener una discusión con conocimiento y bien argumentada.