Por PAME ROSALES
Si alguien viene a decirme que la Tierra es plana, yo le diré que no, que es esférica. Y si esa persona se acalora e insiste en que es plana, yo, con igual o mayor vehemencia, argumentaré que no, que es esférica: tengo las pruebas que me respaldan. El hecho de que en esa situación hipotética yo me encontrara frente a un fanático terraplanista, no me convertiría a mí en un fanático antiterraplanista: simplemente, no podría quedarme callado si se hiciera una afirmación en contra de toda evidencia.
De igual manera, señalar que el fanatismo petrista podría llevarnos a situaciones lamentables que ya vivimos a causa del fanatismo uribista, no me hace a mí un «fanático antifanatismo», como algunos con dudoso ingenio insinúan.
Si un grupo de locos cree que los carros pueden ordeñarse, un psiquiatra tratará de hacerles ver que no es así. Y si llega otro grupo de locos que cree que no son los carros sino las bicicletas las dan ordeño, el psiquiatra intentará convencerlos de que tampoco se puede. Y ante la seguridad del segundo grupo de locos en el sentido de que la imposibilidad de la extracción de leche de un carro indica la posibilidad de extraerla de una bicicleta, el psiquiatra estará obligado a demostrar que no, que ni carros ni bicicletas son hembras de especies mamíferas.
De modo que si, por ejemplo, Petro ayudó con su voto a elegir Procurador General de la Nación al ultramontano, corrupto e intolerante de Ordóñez, y esa ayuda coincidió con que al poco tiempo un amigo de Petro fuese nombrado en un alto cargo de la Procuraduría, mientras no exista una explicación medianamente aceptable de por qué ocurrió eso, tendré que mantenerme en mi opinión de que Petro tiene las mismas mañas clientelistas y maquiavélicas de quienes él tanto dice combatir. Y eso no me hace un «fanático antipetrista», porque, como en el caso de la Tierra esférica, las pruebas me acompañan. Los terraplanistas en este caso serían quienes, aun viendo con sus propios ojos las fotos satelitales de la componenda, balbucean justificaciones infantiles acerca de por qué Petro sería diferente de todos los demás clientelistas que han hecho lo mismo que hizo él.
Pasa lo mismo con el supuesto progresismo de Petro: él aparece orgullosamente abrazado a un pastor homofóbico que despluma a su rebaño ignorante con la excusa de que un Dios omnipotente necesita de sus diezmos. ¿Petro es progresista y piensa en lo mejor para los pobres, o tanto pobres como homosexuales le valen tres tiras y a él sólo le interesa llegar al poder a como dé lugar? Todas las evidencias apuntan a esto último, pero para un fanático petrista las evidencias no valen nada, frente a su creencia ciega.
¿Llevaste a un terraplanista a darle la vuelta al mundo en un velero, y partieron de un punto y llegaron al mismo punto, y aun así el terraplanista no se convence? Era de esperarse, pero no por eso empezarás a decir ahora que la Tierra es plana. ¿O me equivoco?
*Foto de portada, tomada de primeralinea.com.co