Por JORGE SENIOR
Hay una famosa fábula de Esopo que se titula El parto de los montes. Tiene más de 2.500 años y sigue vigente. Por ejemplo, aplica perfectamente al anuncio realizado por la ministra de Minas y Energía el 12 de octubre de 2022, con bombos y platillos, del llamado “Pacto por la Justicia Tarifaria”, que tuvo mucho de pacto pero poco de justicia.
En Wikipedia, la gran enciclopedia participativa, hay una entrada dedicada a dicha fábula que la resume así: “La fábula, muy breve, relata cómo los montes dan terribles signos de estar a punto de dar a luz, infundiendo pánico a quienes los escuchan. Sin embargo, después de señales tan asombrosas, los montes paren un pequeño ratón. La fábula, y la expresión «el parto de los montes», se refieren por lo tanto a aquellos acontecimientos que se anuncian como algo mucho más grande o importante de lo que realmente terminan siendo.”
En el caso de la ministra Irene Vélez, sus signos previos no producían pánico sino expectativa, pues se vislumbraba una solución a un problema acucioso que está afectando el ritmo inflacionario y que en el caso más agudo del Caribe colombiano está estrangulando la economía: el alza desmedida de tarifas de energía. Al final, todo resultó “un parto de los montes”.
Dice la noticia que 82 empresas de la cadena del sector eléctrico acogieron el pacto, cuyo resultado concreto es un descenso de 4 a 8 % a partir de noviembre, algo insignificante si lo comparamos con el alza de más del 50% acontecida en el último año de Duque. También se obtuvo un cambio en la indexación, pues ahora se utilizará el menor entre el IPP y el IPC (pero no se aclara si será anualizado). Este magro resultado fue recibido como una burla por diversos sectores de la región Caribe, muchos de los cuales ni siquiera fueron escuchados por la ministra Irene Vélez ni por la viceministra Belizza Ruíz.
Por ejemplo, las juntas comunales de Barranquilla y la Coordinadora de Servicios Públicos Coordeserp, rechazaron rotundamente este pacto por arriba, que no incluye a la ciudadanía, y que es presentado como “histórico” por el ministerio. Los gremios también se pronunciaron en contra. Dina Luz Pardo, directora de Asocentro, organización de comerciantes de Barranquilla, dijo que el aumento era “irrisorio” e invitó a continuar las protestas por la vía judicial y por la manifestación pública.
Todo indica que se incrementarán las protestas de los usuarios que se han venido presentando en toda la región. Para colmo, Afinia, la empresa que cubre cuatro departamentos de la Costa, no se adhirió al pacto, a pesar de que su propietaria, las EPM de Medellín son manejadas por el alcalde Daniel Quintero, quien se supone es aliado del gobierno nacional. Esto dio pie a que el alcalde Cartagena, William Dau, aprovechara el “papayazo” y amenazara a Afinia con declararle “la guerra” si no bajaba las tarifas. Palabras mayores que ponen la cosa color de hormiga.
La ministra ha dicho que el pacto de “justicia tarifaria” es apenas un primer paso, pero guarda silencio sobre los pasos siguientes y nunca parece tener en cuenta que la situación de la región Caribe es diferente al resto del país. Aunque la ministra Irene Vélez no ha dialogado con la Mesa Técnica de Energía de Barranquilla, otros sectores y organizaciones le han hecho saber de múltiples formas que la única solución al problema coyuntural es desmontar el Régimen Tarifario Especial que la CREG de Duque impuso contra la Costa Caribe. Sobre eso no ha habido ni un pronunciamiento, a pesar de que el presidente Petro, en el Congreso de Andesco, anunció intervención de la CREG, sin que eso se haya traducido en algo concreto aún.
Gustavo Petro ha sido siempre claro en que el proceso reformista colombiano avanza sólo sobre la base de una estrategia de tenaza: el gobierno jalonando desde arriba y el movimiento popular organizado presionando por abajo.
Precisamente en su lúcido discurso del 12 de octubre en Caldono, Cauca, en el cual el mandatario analizó “el enemigo interno”, que no es otro sino la burocracia enquistada en el Estado por gobiernos anteriores, marcó la pauta cuando dijo que “si el gobierno se chichipatea el pueblo debe movilizarse en la calles y presionar al gobierno”. Pues bien, el rimbombante “pacto por la justicia tarifaria” salió chichipato, un verdadero parto de los montes.
Coletilla: ¿Qué espera el presidente Gustavo Petro para designar Superintendente de Industria y Comercio, quien debe investigar la cartelización de las generadoras eléctricas? ¿Qué espera el nuevo Superservicios, Dagoberto Quiroga, para visitar Barranquilla y el Caribe y empezar a investigar las denuncias contra Air-e y Afinia?
Coletilla 2: Ese discurso de Caldono vale la pena escucharlo con mucha atención, es un discurso clave.