Un capitalismo industrial, consciente y sostenible

Por HUMBERTO TOBÓN*

La propuesta del presidente electo, Gustavo Petro, de “desarrollar el capitalismo en Colombia”, se convierte en un reto superior para su gobierno, que implica avanzar hacia un capitalismo industrial, consciente y sostenible.

Petro devela una verdad que hemos tratado de disimular por décadas: la nuestra es una economía premoderna basada en las materias primas; con muchos rastros de feudalismo en las relaciones productivas; con poca adopción de tecnologías; y con un mercado incapaz de asignar eficientemente los recursos.

El anuncio del nuevo Presidente de la República propone que Colombia avance hacia un sistema productivo con capacidad de generar riqueza. Y les plantea a los actores, que el capitalismo colombiano se construya sobre la base de una democracia fuerte, superando los atavismos esclavistas y serviles.

Adicionalmente, se colige del discurso de Petro, que la pluralidad económica incluirá a actores fundamentales como las comunidades campesinas, indígenas y negras, dándole vida al desarrollo económico local, garantizando créditos baratos, educación pertinente basada en saberes y habilidades, además de una mejor conectividad para poder participar en los mercados.

Esta apuesta anunciada por el Presidente electo, implica concentrar una descomunal inversión pública en vías de comunicación, tecnologías de información, infraestructura educativa, fondeo a la banca de desarrollo, aplicación de tecnologías para impulsar la productividad y la transformación de productos a través de la industria y la agroindustria, y la apertura de mercados que les permita a los empresarios obtener mejores ingresos y mayores ganancias.

Los beneficiarios de este modelo serán esencialmente sectores productivos que no tengan relación con la economía extractivista. En esencia, el objetivo es entrar en la fase del capitalismo industrial, así sea, tardíamente, pero que él contenga una alta dosis de conciencia social.

Es evidente que Gustavo Petro impulsará, en este proceso de modernización capitalista, la transición energética, que evitará que Colombia entre a destiempo en un escenario mundial donde los combustibles fósiles empiezan a ser reemplazados por nuevas energías, las que van camino de convertirse en las dinamizadoras de una nueva revolución industrial.

Además, se nota el interés por la sostenibilidad ambiental, que juega un papel definitivo en los objetivos del nuevo gobierno, con lo cual se pone a la vanguardia de las nuevas tendencias económicas, basadas en la protección de los recursos, el cuidado del entorno natural y la lucha contra el cambio climático.

Los resultados de esta apuesta de transformación económica que plantea Petro, no se verán de manera inmediata, pero sí será la semilla de un modelo de capitalismo que permitirá que la formación del capital esté sustentada en el conocimiento y la producción, donde las empresas puedan crecer y volverse altamente productivas y competitivas y de paso cumplir con sus obligaciones tributarias, lo que ayudará a crear las condiciones para que la gente mejore su calidad de vida y el país se modernice en todas sus esferas, con base en la redistribución de la riqueza.

El reto es monumental.

*Estos comentarios no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy Subgerente de Planeación Regional

Sobre el autor o autora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial