Por LUIS EDUARDO CELIS
En el gobierno del presidente Ernesto Samper las FARC crearon la ilusión de triunfo, pues fue su mejor época de desempeño militar. Pero igualmente fue en ese cuatrienio que los grupos paramilitares crecieron más y se amplió la violencia y el sufrimiento en los territorios.
Cuando se habla de una política de Estado para la Paz, fueron el presidente Ernesto Samper y su Alto Comisionado de Paz, Daniel García-Peña, quienes sentaron las bases para lo que vendría en el futuro, con la formulación de dos leyes que han sido claves: la Ley 418, formulada en buena medida por el hoy magistrado de la JEP, Gustavo Salazar, en su momento asesor de la oficina del Alto Comisionado, para brindar los instrumentos legales que hicieron viables las negociaciones con las AUC entre 2002 y 2006 y con las FARC entre 2010 y 2016. La otra ley es la 448, que creó el sistema Nacional para la participación en este esfuerzo de construir territorios y una nación en paz.
La Ley 418 luego asumió la denominación de Ley 782 de 2002 y en su presentación dice:
«Disposiciones para facilitar el diálogo y la suscripción de acuerdos con grupos armados organizados al margen de la ley para su desmovilización, reconciliación entre los colombianos y la convivencia pacífica». En las sucesivas prórrogas no sufrió modificaciones sustanciales y el gobierno de Juan Manuel Santos, promovió su renovación en 2011 y asumió el número 1448 en 2016. Santos promovió una modificación de esta ley para poder establecer las zonas veredales transitorias de normalizacion – ZVTN- donde se ubicó la fuerza combatiente de las FARC y luego se transformaron en los Espacios Territoriales de Convivencia y Reconciliación (ETCR).
El presidente Iván Duque promovió por su lado la prórroga de la Ley 418 y en 2018 la inclusión de dos artículos para hacer inviable cualquier proceso de paz: ni secuestro ni narcotráfico serían considerados como delitos ligados a la rebelión armada. Sabemos además que Duque no quería ningún proceso de paz con el ELN, la única negociación política pendiente.
Esta semana el presidente Gustavo Petro presentó un proyecto de ley que no amplía su vigencia, como ha sido la tradición en cuanto a adicionar esto o aquello. Ahora se trata de un diseño que recoge todo lo bueno de la Ley 418 y con la experiencia de los diálogos y negociaciones de los últimos 22 años, crea un diseño para hacer viable la política de Paz Total que lidera su gobierno.
El proyecto de ley para dar soporte a la política de Paz Total fue trabajado en buena medida por el senador Iván Cepeda y su equipo de trabajo, con el concurso de docenas de personas con amplia experiencia en este largo esfuerzo de construcción de paz. Con seguridad es una ley con mucho detalle y rigor para avanzar en la cesación definitiva de todas las violencias organizadas.
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