Por JORGE GÓMEZ PINILLA
El conocido caricaturista Matador se lanza a las tablas este sábado 29 en el teatro de Juanpis, con Cerdo Cracia. Según le contó a El Unicornio, la obra nace de la necesidad de desenmascarar a Iván Duque: “los medios de comunicación colombianos tratan de vendernos la imagen de Duque como un gran estadista. Pero el tipo ni siquiera es capaz de salir a una rueda de prensa a que los periodistas le hagan preguntas, no tiene las gónadas para enfrentar situaciones que sí afrontaron presidentes como Juan Manuel Santos o Uribe, que daban la cara”.
La obra irá por cinco sábados en el Teatro.co del Centro Comercial Santafé. Julio César González espera que la gente al salir de la presentación sepa diferenciar a un «marrano» de un «cochino», un «chancho» de un «puerco» y un «Duque» de un «presidente».
Matador no entiende en qué momento gobierna el presidente: “este huevón se la pasó más de año escondiéndose detrás de un programa de televisión, a qué horas gobernaba. Ahora va a sacar el cuarto o quinto libro, que nadie va a leer, a qué horas gobierna un tipo que escribe cuatro libros”.
Dice Matador que “Daniel Samper Ospina abrió las puertas a esta posibilidad teatral, lo mismo que el personaje de Juanpis González: tocamos el tema político y la coyuntura nacional a través del humor y la sátira. Las tres obras -la de Juanpis, la de Daniel con Polombia, y la mía con Cerdocracia- se complementan. Hemos hablado de estar los tres juntos, pero es una idea. Es un ejercicio relativamente novedoso”.
“El formato es nuevo, yo estuve investigando cuáles caricaturistas habían hecho este tipo de vainas, encontré un referente en dos caricaturistas, Alberto Montt y Liniers. Este último ilustraba los conciertos de Johansen en Argentina e hicieron una especie de Stand up comedy donde ambos se hacían preguntas y dibujaban ante el público, pero era un humor blanco, no un humor político. Aquí la idea es interactuar con el público, que la gente se goce la tragicomedia colombiana”.
Para Matador este país es un zoológico, en eso basa su obra: “está desde el lagarto como Roy Barreras; Juan Manuel Santos podría ser un zorro, incluso más que Álvaro Uribe porque sin Uribe él no hubiera llegado a ser presidente; están los sapos, están los amarrados a las culebras, están las palomas Valencia, hay un bestiario en la política colombiana”.
“Uribe es una hiena, que se la pasa con su risita socarrona y para colmo vive de la carroña. Llevamos 20 años con la hiena Uribe que no trae sino muertos y pobreza. Riqueza para los amigos de él, pero una verdadera tragedia para el campo colombiano y para la gente pobre”.
“Rata sería Karen Abudinen, cómo se tumba 70 mil millones de pesos y deja a 1’200.000 niños del campo sin internet, con todo lo que esto significa, atraso en unos años que han sido de pandemia, que si usted no está conectado al mundo, está entrando en pérdida educacional, en pérdida de competitividad y ese tipo de cosas. Abudinear es un verbo que significa Yo abudineo, tú abudineas, él abudinea, nosotros abudineamos, vosotros abudineas, ellos se quedan con la plata”.
“Burro sería Ernesto Macías. Saltarán muchos animalistas por comparar a muchos animales con estos hijueputas, pero con algo hay que compararlos”.
Sobre la pelea entre Íngrid Betancourt y Alejandro Gaviria, la calificó como una pelea entre cucarachas del mismo calabazo. “Íngrid se parece mucho a Paquirri, el famoso torero; solo aparece por temporadas, cada cuatro años esa señora aparece y no aporta mucho, es como un oportunismo político. Alejandro me parece un tipo muy inteligente, académico. Cuando manejó el ministerio de Salud en el gobierno de Santos fue una de las personas que más me ayudó con el tema de mi papá, con su eutanasia, el tema de morir con dignidad. Alejandro no debió aceptar meterse en el berenjenal de una candidatura, primero porque no tiene fuerza. Segundo, porque pese a tener las capacidades, no era el tiempo ni es la persona, porque la fuerza que tiene Gaviria electoralmente es muy poca”.
“Hay un desespero porque ven que en las encuestas no despega la mayoría de candidatos, de pronto Rodolfo Hernández sí, un candidato que viene de la periferia, casi nadie lo conoce y se contentan con su forma desabrochada de hablar, lo mismo que hacía el presidente Uribe: “te voy a dar en la cara marica”, “los tres huevitos”, ese tipo de cosas que pega en la gente. Rodolfo es otro Donald Trump, un grosero, un hijo de puta. Eso le llega al populacho, que dice este es el berraco que necesitamos. Como somos un país tan inculto con tan poca lectura, llega un personaje como estos y gana, así de sencillo”.
“Del debate me gustó como Francia Márquez desenmascaró a Ingrid Betancourt y le dijo que era una señora que vive en el exterior y cada cuatro años aparece. ¿Qué clase de consistencia política era esa? Me parece que entre toda esa montonera hubo cosas muy interesantes, se sacaron los trapitos al sol y eso es bueno para el debate”.
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