Venezuela: ¿qué pueden conseguir Lula, Petro y AMLO?

Por LUIS VICENTE LEÓN *

Teóricamente, solo hay dos posibles negociaciones que se pueden promover para Venezuela:

1) Que intente reducir los costos de salida a Maduro y el sistema chavista para provocar el reconocimiento del triunfo opositor y permitir la transición o 

2) Que procure conseguir de Maduro mejores condiciones para que la oposición pueda seguir su lucha a futuro, cuando se asume que su permanencia en el poder es el escenario previsible.

En el primer caso, la posibilidad de éxito solo sería posible si Maduro creyera que sus costos de permanencia son superiores a sus costos de salida.

 Nunca sabemos a ciencia cierta hacia dónde camina esto, pero la foto de hoy no parece indicar que estemos ahí, por lo que la posibilidad de que acepte una oferta para su salida del poder es extremadamente baja. Y sin contar con que en caso de que lo necesitara, la propuesta a realizar no sería un asilo (mucho menos ofrecido por Estados Unidos) o amnistía, sino una garantía de coexistencia con el sistema revolucionario, la permanencia de algunas instituciones básicas para protegerse en el futuro y la garantía de que podrá seguir participando en la política local, con opción a su regreso en el futuro, si se producen cambios en la opinión pública.

Respecto a la segunda opción, que plantea pedirle a Maduro algunas concesiones sabiendo que se queda, la probabilidad de que la oposición institucional y su lideresa, María Corona Machado, así como la propia USA acepten algo así, a cambio de reconocer a Maduro, es prácticamente imposible. O sea, es una negociación claramente inviable.

Si añadimos que la estrategia opositora que intenta provocar un cambio político por la vía de la presión social y la implosión del sistema revolucionario y militar tampoco muestra señales de éxito, podríamos concluir que la situación es muy retadora para cualquiera que busque restablecer los equilibrios perdidos.

Creo que la ruta que seguirán los negociadores internacionales, entendiendo lo poco probable del éxito de las negociaciones clásicas, es ejercer presión unilateral sobre el gobierno en busca de rescatar algunas condiciones democráticas básicas.

Por supuesto que los presidentes de Brasil, Colombia y México seguirán pidiendo la demostración real y verificable de los resultados electorales, como hemos visto en sus declaraciones recientes.  Pero al final la negociación desde lo pragmático tenderá a buscar, por ejemplo, la amnistía y liberación de presos políticos, la habilitación de los líderes opositores y sus partidos, la reforma real del sistema electoral y una enmienda constitucional que elimine la reelección indefinida y el recorte del periodo presidencial.

Está claro que sin resultados verificables en las actas, nada de esto será suficiente para parar la lucha de la oposición, ni llevará al reconocimiento del gobierno, pero podría generar nuevos espacios de negociación y evitar el colapso de las relaciones de Venezuela con Brasil, Colombia y México, abrir las puertas al fortalecimiento de la lucha democrática de la oposición a futuro, y la posibilidad de evitar que el país vaya a un escenario aún más difícil de aislamiento y profundización de sanciones. Esto último, antes que una solución, conduce al país a una situación tipo Nicaragua o Irán, donde todos pierden, especialmente la gente.

Cada sector tiene que cumplir su rol en la búsqueda de soluciones.  El de los negociadores no es romper los puentes y quemar los barcos o llenar páginas enteras de insultos y calificativos que sólo bloquean las soluciones futuras.

La política es la ciencia de la negociación y no depende de lo que quieres o mereces, sino del balance de fuerzas que tengan las partes y su capacidad de modificarlas.

@luisvicenteleon

* Luis Vicente León es un analista venezolano, director de Datanálisis.

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