Tras una jornada muy triste para mi Europa del alma que se encuentra acechada por el fascismo, he decidido, con mi toque felino, rodearme del producto de las entrañas de mi tierra americana, el maíz, para sentirme abrazada en este momento tan duro para mí y para la democracia.
Aquí me veis luciendo mi mejor traje amarillo como los granos de la mazorca proveniente de mi América y logrando una de las poses más discretas. Detengo mis pasos con una mirada dulce y tranquila para decirles a mis ancestros que hoy los necesito, cerca, muy cerca. En momentos difíciles siempre requiero volver a mis orígenes. Solo así puedo superar la angustia. Seguro que mañana ya me despertaré aliviada.